Enfocada en las siete primeras ciudades con estaciones de tren a lo largo del trayecto que emprenden los migrantes indocumentados que viajan por México en dirección a Estados Unidos, esta exposición espacializa seis condiciones (comercio, trabajo, monitoreo, protección, violencia y obstrucción) mediante un sistema de coordenadas sobre el cual se muestran objetos arquitectónicos que definen este recorrido. Sobre la línea exhibe las historias de poblaciones migrantes que suelen representarse mediante cifras y estadísticas, utilizando en su lugar maquetas, recursos  infográficos, audiovisuales, fotográficos y documentales que reflejan el carácter del entorno construido y la experiencia de desplazarse por este territorio inexplorado.

Sobre la línea: La frontera vertical distribuida explora cómo el desplazamiento y las pausas de las migraciones masivas afectan el entorno físico del territorio por el que navegan, generando dinámicas comúnmente asociadas con las de regiones adyacentes a fronteras oficiales.

A partir de la década de los 80, el Triángulo Norte de Centroamérica se sumergió en una crisis caracterizada por ambientes de pobreza y violencia extrema que provocó el desplazamiento de miles de personas hacia México. Con la reactivación de un sistema ferroviario que llevaba años fragmentado –lograda a través de las políticas del TLCAN–, se abrió un canal que fueron ocupando informalmente grupos de migrantes para desplazarse hacia el norte y alcanzar la frontera con Estados Unidos.

Al viajar sobre los vagones de carga que recorrían zonas remotas, estas multitudes viajaban anónimamente y recorrían el país de en periodos cortos de tiempo. Éstas características permitieron que en cuestión de unos cuantos años, se establecieran tres rutas principales y que poco a poco se usaran con mayor frecuencia. La red de trenes conocida como “La Bestia”, se convirtió en el medio por el cual –en su momento más álgido– cerca de medio millón de migrantes que entraban a México cada año, pudieran recorrer el país de forma anónima y directa, concentrados en un flujo lineal y constante; constituyendo así una suerte de frontera vertical que se distribuye a lo largo del país.

Las paradas que estos trenes hacían obligaban a los migrantes a cambiar de vehículos constantemente. El tiempo entre un viaje y otro podía ir desde días hasta años por lo que su experiencia no se circunscribía únicamente a los vagones. El gran número de migrantes indocumentados que permanecía y se movía a través de las ciudades ubicadas junto a las vías del tren, sugería la erupción de nuevas dinámicas y transformaciones espaciales en estos territorios.La frontera vertical distribuida

Como consecuencia de estas interacciones, la frontera sur –que convencionalmente se cruzaría transversalmente– se convirtió en una Frontera Vertical Distribuida, es decir, en un territorio fronterizo que se extiende y disemina más allá de su ubicación y confines oficiales, hacia adentro del país. Como núcleo de esta alteración, se distribuyen elementos físicos que usualmente se encuentran en inmediaciones de fronteras poco permeables y con tensiones políticas, en los contornos de los canales por donde los inmigrantes que vienen desde Centroamérica se desplazan.

Pese a la cobertura mediática que ha habido sobre la experiencia de los migrantes que viajan de Centroamérica hacia el norte, poco se ha indagado en cómo este desplazamiento afecta el entorno físico e imaginario del territorio por el que navegan. La exposición, se adentra en este territorio “inexplorado” donde la arquitectura ha ido cobrando forma, encarnando condiciones específicas que prevalecen a lo largo de la ruta y que son mediadas por tratados y protocolos. Asimismo, examina críticamente las manifestaciones físicas definidas por estos procesos de circulación, evidenciando una serie de relaciones espaciales ocultas dentro de México, entre su territorio y las huellas que los migrantes han dejado –y construido– a lo largo de su camino.

Con motivo de la exposición, se llevó a cabo un ciclo de conferencias en el que participaron investigadores que han trabajado temas cercanos al argumento de la exposición.

Para “Las Arquitecturas de la Pertinencia”, Ignacio G. Galán, analizó los modos de residencia característicos de un momento definido por la creciente circulación de capitales, mercancías, imágenes, y personas y discutirá estrategias desarrolladas para intervenir sobre ellas.

En “Cuando los imperios se derrumban” Justinien Tribillion profundizó en cómo la política urbana en París y Londres en relación con la vivienda, ha sido clave para establecer un imaginario que ha movilizado el espacio y la arquitectura en relación con la migración. Finalmente, en “Marmol, hierro, granito, cromo”, Nathan Friedman, habló sobre la cadena de monumentos en forma de obeliscos que marca la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, y su incompatibilidad con las transformaciones en esta región a lo largo de su historia.

Dentro de la galería se contó con una guía de navegación que mostraba y explicaba la organización de los objetos presentados, su rol dentro de la frontera vertical distribuida y –a través de ilustraciones, diagramas, croquis, mapas y fotografías– sus características espaciales. Esta guía retomó el formato original del proyecto de investigación: una suerte de guía de viaje, ordenada secuencialmente en torno al recorrido de los migrantes, emulando así la experiencia de desplazarse por las coordenadas de la ruta hacia la frontera norte.

De igual forma, se ofreció a la venta una publicación sobre la exposición que cuenta con contribuciones de los investigadores invitados al programa público. “El punto inicial” fue escrito por el cofundador de Departamento del Distrito Nathan Friedman, y traducido por Francisco Quiñones y “Cuando los imperios colapsan” fue escrito por el editor en jefe de Migrant Journal, Justinien Tribillion.

Ambos materiales fueron diseñados por Andrea Carrillo.

De forma paralela a la exposición, se presentó “D(e)RAMA BESTIAL”, instalación in situ que dialogó con el tema de la exposición. Ésta estuvo a cargo de Rodolfo Díaz Cervantes, director del taller Tornel. Más información sobre la pieza aquí.

Sobre la línea se logró gracias al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Fomento a Proyectos y Conversiones Culturales quien proporcionó un apoyo para realizar el proyecto. La exposición estuvo también patrocinada por Fundación Jumex A.C. Su inauguración coincidió con la apertura inaugural de Proyector, plataforma curatorial en donde Pedro Ceñal fungió como socio y cofundador hasta junio de 2019.

Unos meses después de su presentación en Proyector. Sobre la línea viajó a Londres y fue exhibida en “Royal Institute of British Architects” como parte del London Festival of Architecture.

“Sobre la línea” está basada en el proyecto de investigación titulado “The Distributed Vertical Border” (2016) de Pedro Ceñal Murga. Este trabajo estudia las arquitecturas que han surgido como respuesta al movimiento migratorio desde Centroamérica hacia el territorio mexicano, específicamente, aquellas que se han establecido alrededor de las rutas de “La Bestia”, la red de trenes de carga que es ocupada informalmente por miles de personas para desplazarse hacia el norte del país. Más información de este proyecto aquí.

Sobre la línea

*  Exposición
+  Colaboradores:
   Tania Tovar
   Juan José Espinosa
   Producción de maquetas:
   María Sevilla Gómez
   Diseño gráfico:
   Andrea Carrillo Iglesias
   Fotografía:
   Pablo Fregoso Díaz
   Instalación artística:
   Rodolfo Díaz Cervantes
¬  Proyector
 septiembre 2018

Reseña en Arquine
Reseña en Coolhunter
Publicación en el calendario de RIBA
Publicación en el programa del London Festival of Architecture 2019
Reseña en Frieze