Si se trataba de algo temporal y que salía a las calles, había que voltear a los tianguis o mercados sobre ruedas tan propios de la cultura mexicana. Teniendo dos semanas para concretar el proyecto  se hizo  una visita al tianguis de Tizapán, al sur de la ciudad, para estudiar su lógica espacial, inspirarse en su infraestructura y así empezar a proyectar.

Desde un inicio se establecieron algunas intenciones para el diseño del proyecto: La ropa tenía que ser lo más importante, tenía que lucir como un fetiche, como el objeto de deseo. Buscando rendir homenaje a los textiles que se venderían, la tela se volvió el primer componente de la instalación. Ésta podría funcionar como envolvente y a su vez definir recorridos y delimitar espacios. La membrana impermeabilizante resultó ser ideal gracias a sus propiedades traslúcidas y a su sencillez. Así hacía destacar la ropa bajo juegos de distintas calidades de luces y sombras que evocaban la experiencia del tianguis.

Instalación antes de la exposición de mercancía

Instalación antes de la exposición de mercancía

Perspectiva desde el acceso

Planta de conjunto

Secciones

Detalles

Detalles

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A la tela como envolvente, se le sumaron acero el cual generaría el sistema óseo del conjunto, y madera que generaría matices. Blanco, negro y miel sucesivamente, en una composición equilibrada.

En el evento se exhibieron piezas de algunos de los artistas del diseño que colaboran en la tienda, como Alexia Ulibarri, Julia y Renata y Trista. La noche culminó con un cóctel, proyecciones de fashion films y un showcase musical de DJ Puma.