La Pinche Adultez es un dúo de artistas que reflexiona sobre el significado y las implicaciones de la transición a la vida adulta. Las obras que presentan en el Salón Acme muestran intersticios que existen fuera de las rutinas adultas, regidas por itinerarios de productividad y eficiencia.

En «Entras a mi cuarto a las 3:00 pm un sábado», encontramos a una mujer recostada en su habitación con el torso descubierto, iluminada por la luz de su teléfono. En un momento de escape, su atención se centra en los estímulos que aparecen en la pantalla que sostiene, al tiempo que evita retomar su rutina de aseo y arreglo personal. A su costado yacen objetos que le permiten subsistir en la adultez, algunos asociados con el control (una credencial, desodorante, ropa) y otros con el descontrol control (un vibrador, cigarros y alcohol). Estos objetos, acumulados, desordenados y fuera de lugar nos sumergen en un instante de desidia que fácilmente resulta cercano. El retrato advierte que, como adultxs, cumplimos con nuestras obligaciones y responsabilidades en el ámbito público, pero en lo privado, rompemos con el orden y mostramos resistencia incluso ante tareas aparentemente sencillas.

«Entras a mi cuarto a las 3:00 pm un sábado» por La Pinche Adultez
Cortesía de Ana Armitage e Ingrid León

«Hoy no salimos de casa» por La Pinche Adultez
Cortesía de Ana Armitage e Ingrid León

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En «Hoy no salimos de casa», se nos muestra una escena de diversión y relajación moral como una alternativa a la adultez restrictiva. En ella vemos a dos mujeres aletargadas, acompañadas de más personas que están fuera de cuadro. Una de ellas está absorta en su teléfono, mientras que la otra mira directamente a la/el espectador(a). En su momento de desconexión con las expectativas sociales que cargan, generan nuevas conexiones afectivas, tanto entre ellas como con aquellxs que comparten este momento recreativo en la cama y alrededor de ella, incluyendo a quien observa la escena. El dormitorio, en ambas obras, funciona como un espacio confesional e íntimo que despierta empatía hacia las inconformidades con la experiencia adulta.